Existe un tema que me preocupa mucho pues lo vivo todos los días: la educación.
Ha sido lenta y complicada la evolución de esta pues dentro de algo tan relativo, ¿cuál será la forma correcta de educar?
Esa es una pregunta que en mi criterio nadie podrá contestar con exactitud, por otro lado mi postura ante esta situación es que los sistemas educativos se comportan de manera retrógrada y no equivalente. Bien sabemos que con el nacimiento del internet y de las redes sociales, la comunicación se ha expandido de manera inimaginable, sin embargo pienso que los sistemas educativos no han sabido manejar estos medios en combinación con lo ya existente; como diccionarios, enciclopedias, libros e incluso tesis.
Como estudiante de literatura me resulta preocupante ver cuanta gente ha reemplazado los textos por el uso del internet, pero lo preocupante no es su uso si no el mal uso de este. Nos encontramos en un punto en el que los textos son relevantes pero la información que consultamos es mediocre y pobre, en esta situación los alumnos tenemos mucha culpa por conformistas, pero así mismo los docentes no hacen que los alumnos exploten su potencial y la riqueza que tantos las nuevas como viejas formas de comunicación tienen. Debe existir un balance justo entre la tecnología y la riqueza literaria. Como alumnos es nuestra obligación explorarlas, pero como docentes es su obligación enseñarnos pues por eso ellos son los que están a cargo, para transmitir.
En el ensayo me voy a enfocar en criticar las tendencias educativas en cuanto a los usos literarios y tecnológicos, más bien su mal uso, creando una propuesta equilibrada en donde ambos factores sean aprovechados para un beneficio en común.
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